sábado, 21 de enero de 2017

El 4 de abril de 1925 marca el inicio de la formación Naturopática en España

La primera experiencia formativa de contenido Naturopático comienza en España en el año 1925, ya que uno de los fundadores, José Castro, era Doctor en Naturopatía por la American School of Naturopathy , fundada en 1901 por Benedict Lust, considerado el fundador de la Naturopatía.

Cuando José Castro y Nicolás Capo abren la primera escuela de contenido Naturopático denominada "Escuela de Naturotrofología" comienza el proceso formativo de la Naturopatía española.

Está escuela se apertura el día 4 de Abril de 1.925 en Barcelona, ciudad elegida por Castro y Capo para desarrollar la teoría y práctica de una profesión que comienza a buscar su lugar dentro de la sociedad. Como narra Nicolás Capo, en el discurso de apertura de la Escuela de Naturotrofología, su gestación se fue realizando en Uruguay donde se encontraban años antes tanto José Castro como Nicolás Capo , donde se conocieron desarrollando la Escuela Libre Naturista.

De la república americana de Uruguay emprendieron el camino hacia Barcelona para poner en marcha, dando continuidad, a la formación y práctica de la autogestión de la salud, mediante la filosofía naturista. Fue elegida la ciudad de Barcelona, porque el núcleo del movimiento naturista se estaba allí desarrollando, además se daban también unas condiciones de acogida con la publicación de numerosas revistas naturistas (Pentalfa, Helios….). Por otro lado, había otro aspecto político, que tendría una influencia singular en el desarrollo profesional de contenido Naturopática, nos referimos a que en esos momentos en España, gobernaba Primo de Rivera, bajo cuyo mandato se redactó el decreto de gobernación (marzo 1926) por el cual se comenzó a perseguir la práctica naturista.

El objetivo central de la Escuela de Naturotrofología era, en palabras de Nicolás Capo: “ Y desde que salimos de aquel Montevideo de nuestra juventud y luchamos por la causa del progreso, ya desde mucho antes de salir, abrigamos en nuestro interior la idea de volver a levantar una Escuela, de volver a elevar un obelisco de enseñanza pro salud , como un escudo contra las enfermedades – la inmunidad fisiológica -, erguido y altivo, en los centros más apropiados y selectos de la vasta nación española, donde Cervantes, enjuto de cuerpo, pero grande y hondo de espíritu , derramó su potencialidad cerebral y su volcán de idealismo y poesía, conmoviendo a los tiranos, estremeciendo a los fríos mármoles y emocionando a los hombres del Nuevo Mundo, donde llegaron en otra hora las carabelas de Colón…”.

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